La ICSI es una técnica de Reproducción Asistida, un tipo de Fecundación In Vitro, que consiste en la microinyección de un espermatozoide en el interior del citoplasma del ovocito. Aunque la técnica apareció para los casos de esterilidad considerados de origen masculino, es el procedimiento más utilizado actualmente para la fecundación de los ovocitos en el laboratorio.
¿Cuándo está indicada la ICSI?
La ICSI está indicada para todos aquellos casos en que se observa alguna alteración espermática en el seminograma y se prevé poca probabilidad de fecundación: poca cantidad de espermatozoides con buena movilidad o con morfología normal (oligozoospermia, astenozoospermia, teratozoospermia, criptozoospèrmia, necrozoospèrmia, etc. , y combinaciones de estas patologías), casos donde no se pueden recuperar espermatozoides del eyaculado con facilidad (eyaculación retrógrada), también cuando no hay espermatozoides en el eyaculado y hay obtenerlos a nivel testicular o de epidídimo ( azoospermias obstructivas, vasectomías, …), casos donde se trabaja con muestra que se ha congelado previamente a un tratamiento de quimioterapia o radioterapia, etc., así como en muestras de individuos con alguna enfermedad infecciosa que se deben procesar de forma especial para evitar su transmisión a la descendencia.
¿Se pueden utilizar la ICSI en otros casos?
Además de todos estos en que el problema es espermático, se ha generalizado el uso de la ICSI y se utiliza también en muchas parejas que no tienen causa aparente masculina, para aumentar las tasas de fecundación en general, o evitar los fallos de fecundación, y en todos los ciclos de Fecundación in Vitro que necesitan un diagnóstico genético de los embriones.