Somos muy conscientes que la alimentación es promotora de salud o causante de algunas enfermedades. Pero, ¿sabemos si puede influir a la hora de intentar tener un hijo/a? ¿Hay relación entre alimentación y fertilidad? Repasamos los puntos clave con la nutricionista Bárbara Romano y la especialista en reproducción asistida Anna Goday.
La fertilidad es una cuestión de peso
El exceso de peso o el bajo peso aumentan el riesgo de infertilidad y dificultan la posibilidad del embarazo. Esto se traduce en que un índice de masa corporal (IMC) menor a 18.5 o mayor a 25 puede influir a la hora de quedarse embarazada. Para corregirlo, es importante revisar qué se está comiendo y en qué cantidades. Además, hay que acompañar una alimentación adecuada y suficiente con ejercicio físico, porque ayuda a compensar la energía consumida.
Para aumentar la fertilidad, el conjunto importa…
«La alimentación es uno de los factores ambientales con mayor impacto tanto en el desarrollo del embrión y feto, como en la capacidad reproductiva. Un patrón dietético saludable, como podría ser la dieta mediterránea, ha demostrado que mejora los resultados en técnicas de reproducción asistida y la posibilidad de embarazo», dice Anna Goday.
Este patrón alimentario está considerado como una opción muy favorable para alcanzar y mantener un buen estado de salud. A nivel de fertilidad, pasa lo mismo. Una alimentación rica en alimentos vegetales, como verduras, frutas, frutos secos, legumbres y cereales integrales, con aceite de oliva como principal fuente de grasa y que prioriza el consumo de pescado y marisco por encima del de carne, es una manera de asegurar todos los nutrientes necesarios y en las cantidades adecuadas.
Esto también incluye el estilo de vida que acompaña la dieta mediterránea. Hay que evitar el estrés, asegurar un buen descanso y compartir la mesa con los seres queridos favorece la salud mental y física. Por otra parte, la alimentación basada en comida precocinada, comida rápida, bollería y refrescos –rica en sal, azúcares, grasas saturadas y pueden contener grasas trans– afecta negativamente la salud general y, por consiguiente, a la fertilidad de quien la consume. El exceso de carne roja y las dietas milagro tampoco son aconsejables ya que son muy limitadas y, por tanto, pobres en nutrientes.
… y ¡los detalles también!
En los últimos años ha ganado protagonismo el efecto que podrían tener algunas desviaciones específicas de nutrientes. A continuación, comentaremos el papel específico de algunos de ellos a la hora de buscar el embarazo.
ÁCIDO FÓLICO
El ácido fólico es crucial en el embarazo y podría tener un papel relevante en la reproducción humana tanto natural como asistida. Durante el desarrollo fetal del ácido fólico reduce el riesgo de que el futuro feto sufra espina bífida. Por eso motivo, se recomienda la suplementación de ácido fólico con 400 mcg/día desde el momento en que se desea planear un embarazo.
Por otro lado, hay algunos estudios realizados en mujeres subfértiles que sugieren un efecto favorable de la suplementación con ácido fólico en los resultados de reproducción asistida. Sin embargo, estos resultados deben interpretarse con cautela, ya que no todos los estudios llegan a la misma conclusión. Por tanto, hay una evidencia inconsistente en este aspecto.
HIERRO DE ORIGEN VEGETAL
El hierro de origen vegetal podría reducir el riesgo de infertilidad ovulatoria. Se aconseja combinar los alimentos que aportan este hierro, como las lentejas o las verduras de hoja verde, con alimentos ricos en vitamina C, como frutas y verduras crudas, en la misma comida para aumentar su absorción.
SUPLEMENTOS DE VITAMINA D
Tomar suplementos de vitamina D no ha demostrado grandes efectos, pero es cierto que no se ha valorado en personas con un déficit de esta vitamina, por lo que no se puede descartar que también influya. En resumen, es importante tener un valor de vitamina D en sangre adecuado –también para la salud ósea e inmunitaria– pero no está específicamente recomendado suplementar a todas las mujeres que quieran tener hijos y nunca sin indicación de un profesional de la salud, porque ¡puede ser tóxica!
Algo que sí está muy descrito es que la vitamina A es abortiva, por lo que nunca se aconsejaría tomar suplemento de la misma. A nivel de alimentación, la única fuente elevada es el hígado así que hay que evitarlo.
OMEGA 3
El Omega 3, un tipo de grasa insaturada que encontramos principalmente en el pescado azul, parece ser beneficioso para la fertilidad. Pero hay que tener en cuenta que este pescado, especialmente si es de gran tamaño, puede contener un contaminante muy nocivo: el mercurio. Por ello, no se recomienda comer más de dos o tres raciones semanales. Siempre es mejor buscar peces pequeños como las sardinas. Otra manera de conseguir aportar Omega 3 es comiendo nueces, semillas de lino y chía, aceite de soja, de linaza o de canola, que contienen ácido alfa-linolénico (ALA), una grasa que el cuerpo puede transformar en Omega 3.
Finalmente, me gustaría comentar que, aunque parece que el alcohol no influye directamente en la fertilidad, sí puede hacerlo sobre el feto, por lo que sería importante eliminar su consumo, al menos durante este periodo de la vida.
La fertilidad es cosa de dos
La infertilidad puede afectar a los dos sexos y eso quiere decir que esta información afecta tanto a las mujeres como a los hombres. El exceso de peso, una mala alimentación y toxinas como el tabaco y el alcohol, también influyen en la producción de esperma. Por este motivo, en caso de tener problemas de fertilidad, son dos los que deben revisar su salud y estilo de vida.
Aunque todavía hay aspectos por estudiar, claro que alimentación y fertilidad están relacionados y que la dieta es un factor que puede influir en el embarazo. Está en nuestras manos cambiarla hacia una mejor y así aumentar las probabilidades de quedarse «embarazados».
Dra. Bárbara Romano. Especialista en Nutrición Humana y Dietética en Barnaclínic. ¿Quieres contactar con ella? Puedes pedir ahora una visita presencial o telemática.