La valoración de la permeabilidad de las trompas forma parte del estudio básico de la pareja estéril. Se indica cuando se contempla la posibilidad de realizar tratamientos como la inducción de ovulación o la inseminación artificial. ¿Objetivo? Comprobar que las trompas no están obstruidas. Actualmente, gracias a los avances biomédicos, la permeabilidad tubárica se puede valorar por ecografía utilizando un gel-espuma. Nos lo explica la Dra Cristina Ros, experta en técnicas de imagen de FIVclínic.
Un poco de historia
La primera técnica que se usó para valorar la permeabilidad de las trompas, una prueba que forma parte del estudio básico para diagnosticar la esterilidad, fue la cromopertubación por laparoscopia. Consistía en introducir un colorante azulado por el útero, y visualizar su salida en la cavidad abdominal atravesando las trompas.
Al requerir una cirugía para su realización, se sustituyó por la histerosalpingografía (HSG). En esta prueba se introduce un contraste yodado por la matriz, y se identifica su paso por las trompas mediante radiografías pélvicas. Para evitar la irradiación y el uso de contraste yodado, se han diseñado otras técnicas para evaluar la permeabilidad tubárica utilizando líquidos visibles por ecografía. Estas técnicas se conocen con el nombre Sonohisterosalpingografía (SHSG).
Al inicio, la SHSG se realizaba con suero, pero al pasar rápidamente por las trompas, era de difícil interpretación. Daba muchos falsos negativos (falsa sospecha de obstrucción). Posteriormente, se utilizaron contrastes tipo gel-espuma (basados en la combinación de burbujas de aire con suero). Este material aumenta la viscosidad y el tiempo de paso por las trompas, así como la facilidad de visualizar el recorrido de la espuma para las trompas. Es el que utilizamos actualmente en FIVclínic.
¿En qué consiste la prueba?
Después de realizar una primera evaluación ecográfica, se introduce a través del cuello del útero una cánula muy fina (inferior a 2 mm), por la que se inyecta la espuma lentamente. El contraste llena la cavidad uterina y se distribuye por las trompas de Falopio, hasta su salida en el abdomen.
¿Qué ventajas tiene la SHSG con espuma ante la HSG?
La SHSG es mejor tolerada por las pacientes. Refieren menos molestias tanto en la manipulación del cuello del útero para introducir el catéter, como en la inyección del medio de contraste.
Además, la SHSG evita el uso de radiación ionizante y la posible alergia al yodo (la espuma no produce reacciones alérgicas dado que es una mezcla de celulosa y glicerol). La espuma no es embriotóxica y, aunque se recomienda hacer la prueba en la primera fase de ciclo (después de la menstruación), no es imprescindible.
A nivel logístico, facilita el circuito de estudio, ya que podemos hacer la valoración por ecografía del útero, los ovarios y el resto de cavidad durante el mismo procedimiento. Al igual que ha demostrado la HSG, el uso de medio de contraste espuma-gel podría incrementar la tasa de gestación espontánea tras la realización de la misma.
¿Y tiene algún inconveniente?
Con esta técnica, si la espuma llega a la cavidad podemos deducir que ambas trompas son permeables. Si no, podemos asumir que están obstruidas.
En algunos casos (20%), al introducir la espuma, se produce un espasmo en la trompa que impide el paso del contraste, y el resultado no es valorable. En estos casos, se valorará con el ginecólogo la necesidad de repetir la prueba, solicitar una HSG con contraste yodado (que suele conseguir más presión en el interior de la cavidad uterina), o bien asumir un diagnóstico parcial.
Además, al igual que el HSG, en algunos casos puede no ser posible la realización de la técnica por tener el cérvix muy estrecho, o que cierre mal y provoque la salida del gel, miomas, adherencias o intolerancia por dolor.
¿Y puedo tener complicaciones?
Sí, aunque leves y poco frecuentes. Las pacientes pueden sentir dolor, mareo, o incluso tener una infección por la manipulación del útero (<0.1% de los casos).
Tras comprobar que en nuestro centro obtenemos los mismos resultados que en el norte de Europa, donde está aceptada y extendida desde hace años, la hemos incorporado a nuestro protocolo básico de estudio. Seguimos, por supuesto, las actuales recomendaciones de las sociedades científicas españolas.
Dra. Cristina Ros. Ginecóloga especialista en técnicas de la imagen en reproducción asistida y médico consultora de FIVclínic.